Guapuscal Alto - Funes Nariño
Guapuscal alto se ha caracterizado por la
fecundidad de sus tierras, en este territorio que cuenta con un clima templado,
se produce fríjol, arveja, papa cebolla, que representa la principal fuente de
trabajo del Campesino. En los alrededores de esta región también se produce
maíz, café, cebada; en la actualidad se está logrando la diversidad de cultivos
y es así que se ha implementado la siembra de frutales, como el durazno,
chirimoya, guayaba, tomate de árbol y curaba. Con esto se está logrando abrir
importantes renglones de la economía agrícola con los frutales, con el objeto
de que los mismos permitan al campesino, cambiar su producción a una más una
rentable y en menor tiempo para su mejoramiento.
La tecnología no resulta ajena al
sector agropecuario, asi que el gobierno decidió apoyar A Guapuscal Alto con los
equipos necesarios, para iniciar un
proceso de adaptación y aprendizaje, indispensables para el mejoramiento de su
nivel de vida.
con el propósito de modernizar el
Centro Educativo, y aplicar las nuevas tecnologías en el sistema de enseñanza,
se han adquirido equipos, con computadores para educar donados por el programa
de la Presidencia de la república, los cuales quedan a disposición de la
comunidad en general, para el diario uso de los estudiantes o para las
necesidades de la gente.
Así que inició la aventura del
conocimiento a través de las TIC y comenzó una carrera contra reloj de tan solo
40 horas. Las clases fueron… “diferentes” y hasta entretenidas, las jornadas
siempre se prolongaban más de lo acordado pero nadie lo notaba, era necesario
sacarlos casi a empujones, pues decían que la tecnología les estaba resultando
adictiva. Al fin comprendían por que sus hijos pasaban tanto tiempo frente a
“ese aparato”: él les narraba historias, les contaba cuentos, les cantaba
viejas canciones, también nuevas, les aclaraba dudas y nunca, nunca dejaba de
sorprenderlos.
Decididos a aprender, tomaron
temáticas de su interés y se apropiaron de ellas, crearon su idea de negocios,
formaron su empresa y se permitieron
soñar con un pequeño proyecto que les dio grandes alegrías. Lo diseñaron, lo
presentaron y calcularon todas sus ganancias; ya no se veía como algo del otro mundo.
Al abordar el gran tema del
Internet, se dieron cuenta que sus hijos eran unos verdaderos genios y expertos
del tema, así que se dejaron llevar. Pero cuando entendieron el significado de
las redes sociales los papeles se invirtieron y ya nadie podía parar a esos
Padres que dejaron asomar en su corazón la sonrisa y espontaneidad de un niño.
Esto es mejor que el chisme callejero, argumentaban algunos mientras compartían
chat con varios de sus compañeros de sala al tiempo. Ya no tendremos que salir
de casa. Sabremos cómo está la amiga y que cocina la vecina - decían las Madres
con una amplia sonrisa – Entendieron que todos podían estar más cerca y al
tanto de las situaciones, no solo graciosas sino también de importancia,
incluso podrían traer a casa en un instante a sus seres queridos que se
encontraban lejos y a los que tanto trabajo les costaba volver. Mientras tanto,
los chicos vieron un poco más allá del face y los juegos, pues, también acompañaron
a sus padres a soñar y moldear la idea de un negocio que pudiera mejorar su
calidad de vida.
Fueron necesarias más de 40 horas
para cubrir las inquietudes que se generaron con cada grupo en el trascurso de
los temas, pero fue reconfortante ver como aprovechaban el tiempo, así que
extendimos el tiempo tanto como fue posible. Finalmente, concluimos los temas a
satisfacción con la noticia de que tendrían, además de la experiencia
adquirida, un certificado que lo respaldaría.
Así que la gente no se hizo
esperar. Inmediatamente crearon un comité de clausura y reunieron fondos para
un refrigerio, el cual tendría lugar el día de la entrega de los certificados,
querían tenerlo en sus manos lo más pronto. Así que averigüé, también con afán,
la fecha a la cual estarían listos. Una predicción apresurada de la Oficina
Investic, me dio la fecha miércoles 3 de Diciembre de 2014, y yo se las
transmití, con total confianza de que así sería. A la semana siguiente, un día
antes de la clausura, pregunté por los certificados en Investic, quienes me
contestaron que por motivos de fuerza mayor los entregarían el día viernes, dos
días después de lo planeado. El desconcierto fue tal que llamé en vano a otras dependencias
del programa en busca de soluciones. Dado que el compromiso estaba en el aire, tambaleándose,
La ingeniera Paulina Guerra decidió muy amablemente sacrificar esa noche de
sueño para entregarme completos y justo a tiempo los prometidos certificados, los primeros en el departamento. Con
ellos en mis manos, y, frente a la comunidad, advertí unos rostros de miradas ansiosas
y llenas de alegría. Esperaban ese documento que les recordaría toda su vida la
lucha que libraron en favor del conocimiento para dar un paso adelante.
Con todo el cariño me ofrecieron
el refrigerio, que acompañamos con una torta sorpresa que quise compartirles
dada la importancia del momento, pero la sorpresa fue para mí, cuando me di
cuenta que mi refrigerio era más grande que el de los demás. Se trataba del
plato típico y por excelencia de nuestra región: un delicioso cuy que habían preparado especialmente para su
tutor. Me sentí abrumado, conmovido y orgulloso de la labor que había realizado.
Todos los sacrificios y esfuerzos para llevar a cabo este programa simplemente
valieron la pena. La gratitud de la gente era el mejor pago que me podrían
brindar.
Después de abrazos y sinceras lágrimas
dejaron que me despidiera, no sin antes invitarme a sus más importantes fiestas,
las del 8 y 24 de Diciembre, con el compromiso de volvernos a ver en un hasta
pronto.
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